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Un paseo por los anuncios más recordados de la publicidad española: Gente sin complejos (1995)

DYC, acrónimo de Destilerías y Crianza del Whisky, es el gran paradigma del whisky fabricado en España; concretamente esta marca es de origen segoviano, ejemplo al que se unió en su momento un desaparecido Doble V. DYC es un caso único, desde hace décadas, entre la diversa oferta de marcas de importación que inundan centros comerciales, restaurantes y bares de copas, y nunca se acomplejó ante el “oro liquido” que llegaba de las Highlands escocesas. Todo lo contrario, así lo demuestra esta campaña realizada por la agencia de publicidad Grupo Barro Testa. DYC empezó a comercializarse en un lejano 1963 de la mano de Nicomedes García Gómez, que ya décadas atrás había heredado de su padre un histórico como Anís Castellana. Y pensar que la historia de este whisky de Palazuelos de Eresma tiene su origen en 1929, cuando a Nicomedes García se le estropeó una partida de barriles de cerveza Mahou, la cual destiló, envejeció en barrica y descubrió algo que recordaba al whisky. Décadas después, tras el lógico perfeccionamiento del proceso de fabricación, surgió DYC.

La campaña, por limitaciones legales a la publicidad de bebidas de alta graduación, no tuvo presencia en televisión, pero sí en otros medios como exterior o prensa y revistas, sobre todo en estas últimas y de forma muy notoria, con una serie de anuncios basados en los típicos complejos del ser humano: la obesidad, la nariz, la delgadez, la vejez. Y todos estos anuncios con un titular tremendamente elocuente: "Gente sin complejos"; concepto creativo que por otro lado venía utilizando desde 1992.

El mensaje publicitario, por sencillo, era magnífico. Se reforzaba la autoestima a través del humor. Un whisky sin complejos, para gente sin complejos y para quienes no tienen complejo de pedir, delante de quien sea, un whisky español, sin pensar en el qué dirán. Porque ni DYC ni su público tienen complejos. Y aquí es donde estaba el quid de la campaña: en romper los estereotipos que los consumidores de whisky tienen acerca de DYC.

El whisky tenía una clara identificación de origen, “pedigree” del que carece DYC. Aún así, históricamente, de la marca segoviana se cuestionaba su origen no su calidad, aunque algunos asociaran una cosa con otra. El prestigio, hasta hace algunos años, siempre había identificado al whisky, de forma que la denominación de origen Scotch Whisky quedaba justificada. Esto ha cambiado, y ni pedir un whisky en público es un acto de revalorización social frente a los que nos rodean, ni DYC es una marca que se relega únicamente a los lineales de una gran superficie, donde los que no lo compraban en un bar, aquí sí que lo hacían. Hoy en día el consumo del whisky está totalmente asumido y popularizado.

Con el fallecimiento de su fundador, la empresa fue vendida a Pedro Domecq, perteneciendo en la actualidad a la multinacional Beam Global, en la cual se pueden encontrar marcas como Larios, Jim Beam, Terry Centenario o Fundador.

Fuente:

  

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