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Comprad Productos Españoles no fue una campaña de Franco

Hoy nos detenemos en un cartel que en todas las referencias que de él hemos encontrado en libros, blogs, artículos e, incluso, algunos archivos históricos de instituciones públicas, aparece mal referenciado. Se trata del cartel de “Comprad productos españoles”. El error común es situarlo no solo en plena Guerra Civil sino también en los años del comienzo del Franquismo, como pieza de propaganda de un gobierno que había instaurado la autarquía como sistema económico. Desde el Centro de Documentación Publicitaria queremos solventar este error generalizado y situarlo donde corresponde.

Es lógico pensar que en aquellos años pudiera surgir una campaña de este tipo, pero precisamente este cartel no pertenece a esa época, sino que hay que hay que remontarse algunos años atrás, antes de la Guerra Civil, concretamente a julio de 1927, cuando en plena dictadura de Miguel Primo de Rivera y desde Barcelona, la Sociedad de Estudios Económicos pone en marcha una campaña para promocionar la compra de producción nacional, como reacción a la crisis económica que sufría España. Por entonces, unos 1.000 millones de las antiguas pesetas representaban las compras que los españoles hacían de productos extranjeros manufacturados, gran parte provocado por la creencia de entonces de que lo que venía del extranjero era mejor que lo de aquí.

Bajo la denominación de Campaña Pro-Producción Nacional, la misma se desarrolló a través de diferentes soportes. Así, el cartel que nos ocupa se hizo en tres tamaños. También se repartieron pasquines, con distintos mensajes, como aquel que animaba a leer solo libros españoles. El cartel que estamos tratando en este artículo, rezaba al pie: “Comprando productos españoles daréis vida a nuestras fábricas y trabajo a nuestros obreros”. Hasta se lanzaron octavillas desde un aeroplano con recomendaciones en formato de aleluyas o aucas.

La acogida fue inmediata y numerosa por parte de personalidades e instituciones. Se recibieron más de 3.500 adhesiones o felicitaciones, por carta o telegrama, dando buena cuenta de algunos de sus remitentes a través de las numerosas noticias que sobre la campaña, fue publicando el diario La Vanguardia durante el mes de julio. Incluso la propia Sociedad de Estudios Económicos, animaba a aquellos que lo desearan, a pasarse por su oficina, en Plaza de Santa Ana, 4, para recoger carteles y colocarlos en sus escaparates, automóviles o camiones. Entre las numerosas adhesiones destaca la enviada por el mayordomo y caballerizo mayor de Su Majestad la Reina (mujer de Alfonso XIII) y firmada por el marqués de Bendaña: “Aquel país que pueda emanciparse de adquirir en el extranjero la mayor parte de los productos que consume, si no todos por ser ello imposible, es dueño de su presente y de su porvenir. A que eso se realice en nuestra patria debe tender los esfuerzos de todos los buenos españoles”.

La campaña procuró desarrollarse en el mayor número de frentes posibles, como el de promoverla entre los profesores, para así inculcar los valores de la misma ya desde niños.

El cartel analizado, impreso por Bayer Hermanos y Cía, recoge en la esquina superior derecha incluso la firma de la agencia que estaba detrás del mismo y, presumiblemente, del resto de la campaña, FAMA, fundada por el pionero Pedro Prat Gaballí y cerrada antes de la Guerra Civil. Por lo tanto, es imposible que este cartel pertenezca no solo a los años de tan terribles años sino a los posteriores.