Centro de Documentación Publicitaria

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Juan Campmany: tener una idea diferente

“Tener una idea diferente a la establecida en el mercado.
Creer ciegamente en ella.
Dejarlo todo para ponerla en práctica.
Saberla comunicar”.

Así comenzaba el texto que nos mandó para formar parte del libro que estábamos preparando sobre la historia de MMLB, agencia en la que Juan recaló en 1973, dos años después de su fundación. Juan amaba su pasado. Años atrás, había comenzado su carrera como publicitario en aquella Tiempo Synergie de Leopoldo Pomés y Leopoldo Rodés, que convirtieron a la calle Tuset en la Madison Avenue de la publicidad catalana.

En MMLB coincidió, entre otros muchos publicitarios legendarios, con Toni Guasch, clave en su vida. En 1979, RCP nace bajo el techo de MMLB y Juan Campmany decide también emprender su propio camino y, junto con Toni Guasch, abre la oficina en Barcelona de Tandem, agencia fundada en 1971, en Madrid, con gente de Danis (Paco Torres, Teo Marcos, Rafa Sarró, José García y José Luis Zamorano) y con Ricardo Pérez, de NCK. La oficina de Tandem en Barcelona inicia un camino meteórico y en poco más de un año se asocia con DDB: aquella histórica Tandem Campmany Guasch DDB (con Needham en algún momento) que nos regaló páginas emocionantes de la historia de la publicidad, como la puesta en órbita de Volkswagen y Audi. Y también aquella que en los noventa abrió un espacio expositivo dedicado al arte llamado Sala Tandem.

En 2015, DDB nos donó al Centro de Documentación Publicitaria todo su archivo histórico, y en él, claro está, los años y años de trayectoria publicitaria de Juan en su Tándem. Hoy, escribo sobre él desde esa gigante mesa de reuniones, la Nomos diseñada por Norman Foster, que había en la sala de juntas de la antigua oficina de Tandem en la calle Enrique Granados. Esta mesa también venía con aquella donación de DDB. Hay emoción, mucha. La mesa, documentos, fotografías, vídeos... parecen tomar vida con cada tecla que pulso. Infinidad de piezas que nos anclan a un tiempo, a una persona, y nos ayudan a contar lo que fue tal y como fue. Esa es la principal razón para conservar nuestra historia.

Nos estamos quedando sin referentes, aquellos que en ocasiones llegaban a poner sus apellidos en la entrada de sus agencias, de un tiempo en el que firmar un anuncio con el nombre de la misma, prestigiaba al anunciante. PUBLICITARIOS en mayúsculas de una época acostumbrada a crear nombres en los que mirarnos los que empezábamos; nombres que escribían libros que hoy no se leen, que no se editan. PUBLICITARIOS que devolvían a una profesión para cimentarla, para hacerla avanzar, siendo respetada por aquel entonces dentro y fuera de nuestro día a día. PUBLICITARIOS que apenas hoy recuerda una profesión empeñada en olvidar su pasado. PUBLICITARIOS que son ya absolutos desconocidos por profesores y alumnos.

Hoy Juan, voy a quedarme recordado aquella noche -en la cafetería del hotel donde nos alojábamos aquellos que veníamos de fuera de Madrid-, tras haberte visto ser nombrado Académico de Honor de la Academia de la Publicidad. Estuvimos hasta bien entrada la madrugada hablando de publicidad de antes y de la de ahora. Hablamos y disfrutamos. Y estabas feliz. Y con eso me quedo.

Hasta siempre Juan.

Sergio Rodríguez
Fundador del Centro de Documentación Publicitaria