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Un paseo por los anuncios más recordados de la publicidad española: El que sabe, Saba (1983)

Saba, de origen alemán, fue comprada por la multinacional francesa Thomson a finales de los setenta, época en la que se presentó por primera vez en el mercado español. La empresa estaba dispuesta a hacerse un hueco entre la multitud de marcas que había en un país en proceso de democratización y donde el televisor, electrodoméstico rey, se había convertido en un aparato vital para estar al día.

Y surgió así un inconfundible eslogan, “El que sabe, Saba”, el resumen de toda una estrategia creativa que pretendía popularizar una marca que venía con una trayectoria elitista y de prestigio. Tan solo faltaba el portavoz de la ingeniosa frase, alguien que humanizara la comunicación de Saba y que le diera incluso un carácter internacional. El elegido fue el humorista británico Benny Hill, que por aquel entonces tenía a media Europa muerta de risa con sus persecuciones tras cualquier mujer que le saliera al paso.

Los anuncios se sucederían durante más de diez años. Como por ejemplo aquel en el que el protagonista de El Show de Benny Hill se presentaba así: “Hola, soy Benny Hill, actor de la mejor televisión... ¡de Inglaterra! Quierro felicitarr...”.

La creatividad de esta longeva campaña creada por la agencia de publicidad Ricardo Pérez Asociados, venía marcada por el humor, independientemente que fuese un anuncio en televisión o en una revista. Así pues, para los equipos de alta fidelidad más potentes, el titular sería “La reina de Saba”. Para la primera cámara de vídeo portátil y por su escaso peso, la solución era “El mejor amigo del hombro”. Y Saba, encantada.

Fuente:

  

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